Las enfermedades psicosomáticas son aquellas que a causa de estados emocionales como el estrés, la ansiedad o la depresión generan síntomas físicos. Estos desequilibrios entre el cuerpo y mente provocan una disminución en las defensas del sistema inmunológico, dejando al cuerpo expuesto y vulnerable frente a los agentes externos.
Pero no solo el estrés, la ansiedad o la depresión influyen. También se debe tener en cuenta aspectos biológicos, ambientales y estilo de vida de la persona en general: las relaciones, el contexto social y familiar en el que vive.
Se considera que una persona puede está somatizando cuando tiene uno o más síntomas que, luego de una evaluación médica, no pueden ser explicados o tratados únicamente desde esa disciplina. Otra característica es que la persona manifiesta sentir los síntomas y sufrir sus consecuencias de manera excesiva a lo que se esperaría. Esto genera malestar en diferentes ámbitos de la vida de la persona.
“El médico clínico me recomendó que vaya al psicólogo. ¿Por qué?”
En la actualidad, existe un enfoque interdisciplinario que estudia la interacción entre los procesos psicológicos y los sistemas nervioso e inmunitario del cuerpo humano, y su efecto sobre la salud. A esta rama de la Medicina se la conoce como “Psiconeuroinmunología”.
Cuando desde la medicina clínica no se encuentra mejoras en la enfermedad que tiene el paciente o, incluso, se mejoran los síntomas con fármacos pero luego de un tiempo vuelven a aparecer los mismos o un nuevo síntoma, se sugiere que la persona acuda a un profesional de la salud mental para indagar sobre el estado emocional.
Por lo general, las personas no creen que tengan un problema psicológico y siguen acudiendo a los médicos sin encontrar una respuesta que les mejore la calidad de vida. Por el contrario, más pasa el tiempo sin tratar la enfermedad psicosomática, más afectan los síntomas que provoca.
Por eso es importante acudir a un psicólogo para evaluar si existe algún malestar emocional que esté provocando la somatización de una enfermedad.
No siempre se trata de traumas de la infancia o alguna situación no resuelta en nuestro pasado. También puede deberse a llevar una vida demasiada acelerada, con niveles altos de estrés, ansiedad, preocupación excesiva. O tratarse de circunstancias que nos desbordan y no sabemos cómo hacerles frente.
Si esos malestares emocionales no son tratados adecuadamente desde el área de la psicología, pueden generar síntomas de enfermedades psicosomáticas.
¿Qué causa las enfermedades psicosomáticas?
Como ya mencionamos, existe un factor psicológico en la enfermedad física. La forma en cómo reacciona una persona ante un diagnóstico y la manera en que lo enfrenta es diferente en cada persona y es posible encontrar relación si se agravan o alivian los síntomas dependiendo de la estrategia que se adopte para afrontar la enfermedad.
El estrés, la ansiedad y la angustia son estados emocionales muy intensos que producen respuestas físicas; como un aumento del cortisol hasta procesos inflamatorios. Cuando estos estados no se gestionan de una forma adecuada y se mantienen a lo largo del tiempo, el efecto acumulativo de estas respuestas generará síntomas físicos.
Algo importante para aclarar es que no todas las personas manifiestan los mismos síntomas físicos desde los diferentes estados emocionales. Por eso insistimos en que cada persona que sufre síntomas físicos que presentan una fuerte incidencia emocional es recomendable que acuda a un psicólogo para trabajar en un espacio terapéutico los posibles motivos de la somatización y el conveniente afrontamiento del mismo.
¿Cómo se manifiestan en el cuerpo?
Las enfermedades psicosomáticas pueden afectar diferentes áreas del cuerpo.
- En la piel: urticaria, acné, psoriasis, irritación que provoca que rascarse sin control, entre otras.
- En el sistema muscular y esquelético: mialgias, cefaleas tensionales, calambres musculares, artritis.
- En el sistema cardiovascular: hipertensión, taquicardia, arritmias, palpitaciones y taquicardias.
- En el sistema nervioso: dolores de cabeza, mareos, vértigos, desmayos, hormigueos, parálisis musculares, etc.
- En el sistema gastrointestinal: gastritis, colitis, úlceras, acidez, sequedad de boca, sensación de atragantamiento, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea, etc.
- En el sistema respiratorio: asma bronquial, síndrome de hiperventilación, sensación de ahogo, dolor u opresión en el pecho, etc.
- En el sistema genital: dolor menstrual, eyaculación precoz, impotencia, anorgasmia.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de las enfermedades psicosomáticas?
- Fibromialgia: Síndrome caracterizado por dolor en los músculos y las articulaciones que generalmente se acompaña con cansancio o fatiga crónica.
- Colon irritable: Trastorno frecuente que afecta al intestino grueso.
- Acidez estomacal: Sensación de ardor dolorosa en el pecho o la garganta.
- Bruxismo: Trastorno en el que rechinas, crujes o aprietas los dientes.
- Cefaleas: Dolores de cabeza recurrentes (jaqueca o migraña, la cefalea tensional y la cefalea en brotes).
- Fatiga crónica: Trastorno que provoca un cansancio que no desaparece después del descanso y persiste un largo tiempo
- Dolor crónico: Dolor persistente que dura desde semanas hasta años.
- Trastornos dermatológicos: Síntomas como enrojecimiento, hinchazón, ardor y picazón.
- Insomnio: Problemas persistentes para dormirse y para permanecer dormido.
- Dolor de espalda
- Dolor en extremidades y/o articulaciones
- Dolor en el pecho, palpitaciones, taquicardia
- Mareos o vértigos
- Náuseas
Aclaración: este es un listado de los síntomas más comunes de las enfermedades psicosomáticas. Si entre los puntos no encuentras los síntomas que sentís, no significa que se descarta una somatización. Eso debe ser evaluado por un profesional de la salud mental.
¿Cómo se tratan las enfermedades psicosomáticas con Terapia Cognitivo Conductual?
Las personas que sufren enfermedades psicosomáticas pueden mejorar su calidad de vida.
Desde la Terapia Cognitivo Conductual, se trabaja con el paciente buscando comprender el origen de los síntomas físicos que padece proporcionando nuevas habilidades para afrontarlos y encontrando una forma alternativa de expresar el malestar emocional.
También se busca llegar a un consenso para realizar cambios de hábitos y disminuir o evitar aquellos que provocan los síntomas, como el estrés, ansiedad, autoexigencia, vida acelerada, etc.
¿Se puede tratar de forma online?
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