Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 300 millones de personas de todo el mundo y se estima que una de cada cinco personas la sufrirán a lo largo de sus vidas. Además, es la principal causa mundial de discapacidad, por delante de las enfermedades cardiovasculares y del cáncer.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Los síntomas de la depresión se dividen en cuatros grandes grupos: afectivos, cognitivos, volitivos y físicos.
Síntomas afectivos de la Depresión
Los síntomas afectivos de la depresión son los más conocidos: La tristeza, la desesperanza y el llanto.
Por lo general, las personas manifiestan tener “el ánimo por el piso” y sentirse deprimidas, tristes, desanimadas o sin esperanza.
Otros síntomas de la depresión pueden ser la irritabilidad, pesimismo, falta de ilusión y facilidad para el llanto o pérdida del sentido del humor.
La valoración negativa que el individuo hace de sí mismo, del mundo y del futuro influye en el bajo estado de ánimo que sienten. Así mismo, también los pacientes se sienten con culpa e inútiles, generando mayor dolor.
En los casos más graves, la falta de esperanza puede llevar a las ideas de suicidio.
Síntomas cognitivos de la Depresión
Las personas con depresión pueden tener dificultad para concentrarse, para pensar o para tomar decisiones. También tienen problemas para planificar o entender problemas complejos. Es común que la mayoría se distraigan con facilidad, les cueste seguir conversaciones. Las personas que tienen depresión suelen quejarse de los problemas de memoria.
Los síntomas cognitivos son los causantes de que algunas personas no puedan realizar su trabajo correctamente y que deban solicitar licencias laborales.
Síntomas volitivos de la Depresión
Las personas con depresión, en la mayoría de los casos, pierden el interés y tienen dificultad para experimentar placer. Es habitual que el entorno de las personas con depresión observen que las personas dejan de interesarse por sus hobbies, de practicar su deporte favorito o no disfrutan de momentos de ocio.
Es importante destacar que las personas con depresión no es que no hacen esfuerzos por encontrarse bien y que eligen dejar de realizar sus actividades. Esto es producto de la baja energía y disminución de experimentar placer. Por eso también se observa que las personas con depresión suelen procrastinar, abandonan sus obligaciones e incluso descuidan su higiene corporal.
Síntomas físicos de la Depresión
Los síntomas físicos de la depresión son aquellos que afectan al sueño, apetito, peso y cansancio.
Los ritmos biológicos circadianos, es decir, aquellos que regulan los cambios en las características físicas y mentales que ocurren en el transcurso de un día, se ven alterados también.
Depende de cada persona, el apetito puede aumentar o disminuir. Algunas personas tienen más apetencia por los hidratos de carbono; mientras que otras tienen que esforzarse por comer.
Con respecto al sueño, el insomnio puede afectar tanto al inicio de la noche (conocido como insomnio de conciliación) o en mitad de la noche, provocando que la persona se despierte varias veces. También puede darse un exceso de sueño lo que se traduce en dormir largas horas seguidas por la noche o dormir varias horas durante el día.
Los síntomas físicos de la depresión más frecuente son el insomnio, apetito disminuido y pérdida de peso o, lo contrario, dormir demasiado y aumento de apetito. En cualquiera de los casos, la persona con depresión suele experimentar cansancio o sensación de fatiga.
Cuando una persona tiene depresión, el deseo sexual suele estar disminuido, así como la capacidad para disfrutar de cualquier otra actividad que genere placer (esto se conoce como anhedonia). Algunas personas pueden manifestar dolores generalizados o concretos como el dolor de cabeza o en la zona lumbar.
En las personas con depresión que sufren otras enfermedades, se suele observar que los síntomas de las otras enfermedades se agravan. Por ejemplo, las lesiones de la dermatitis se hacen más extensas, los dolores de la artrosis se intensifican, la presión arterial se descompensa, etc.
¿Qué diferencia hay entre la depresión y la tristeza?
La tristeza y la depresión son dos términos que suelen confundirse y que los síntomas que producen suelen ser difíciles de distinguir.
La tristeza es un estado mental relativamente pasajero. Es decir, es la reacción a una situación que nos lastimó o ante circunstancias difíciles como la muerte de un familiar o amigo, un trabajo que no prosperó, una discusión. La tristeza es una emoción humana y no debe preocuparnos si nos sentimos tristes (a menos que perdure por varias semanas, incluso meses).
La depresión es un trastorno psicológico que, como ya mencionamos, la persona es afectada por síntomas como tristeza, angustia, apatía, falta de voluntad e incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades diarias, etc.
Una gran diferencia entre la tristeza y la depresión es que cuando sentimos tristeza, por lo general, sabemos qué lo provocó. En cambio, cuando una persona está depresiva suele ser difícil que la persona identifique el motivo de su malestar emocional.
Los eventos que provocan un duelo, como por ejemplo, la pérdida de un ser querido suelen generar un importante sufrimiento, pero no induce a un estado depresivo. Es decir, el duelo sería un ejemplo de tristeza normal. Aunque también es importante reconocer que a las personas vulnerables a la depresión, un duelo puede provocar un episodio depresivo.
Diagnóstico de la depresión
Para hacer el diagnóstico de depresión es necesario conocer cuáles son los síntomas que causan un malestar significativo o deterioro en alguna de las áreas importantes de funcionamiento de las personas, como la social u ocupacional.
Los síntomas tienen que estar presentes durante por lo menos dos semanas, aunque lo habitual es que duren meses incluso años si no son tratados.
La síntomas depresivos a los que nos referimos son los mencionados en el punto anterior:
- Estado de ánimo deprimido, sentirse triste, con sensación de vacío o sin esperanza (en niños y adolescentes el estado de ánimo suele ser irritable más que triste).
- Disminución significativa del interés o el placer por casi todas las actividades.
- Disminución de la concentración o de la capacidad para pensar.
- Dificultades para tomar decisiones y procrastinar sus obligaciones.
- Cambios importantes en el peso o en el apetito.
- Insomnio o somnolencia casi todos los días.
- Sentimientos de culpa o de inutilidad.
- Falta de energía o sensación de fatiga.
- Pensamientos de muerte recurrentes o, incluso, ideas de suicidio.
Causas de la depresión
La depresión es una enfermedad muy compleja y en la que influyen varios factores que pueden desencadenar en un estado depresivo. Esos factores pueden ser psicológicos, biológicos y sociales.
Hay personas que tienen mayor vulnerabilidad biológica a padecer depresión. Se estima que un tercio del riesgo es atribuible a la herencia genética y dos tercios a factores ambientales. También existen enfermedades que predisponen a la depresión como las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades endocrinológicas o las enfermedades neurológicas.
Causas genéticas de la Depresión
Las personas que tienen familiares de primer grado (padres, hermanos e hijos) con depresión tienen un riesgo dos a cuatro veces mayor de tener episodios depresivos también. Esto se asocia, en gran parte, a heredar rasgos neuróticos de personalidad de un progenitor.
Causas ambientales de la Depresión
Como también se observa en otros trastornos psicológicos, los hechos traumáticos durante la niñez constituyen un factor importante de riesgo de desarrollar depresión. Esto se observa con mayor frecuencia cuando los acontecimientos son múltiples y representan experiencias negativas de diferentes tipos. Las situaciones de abuso infantil o ambientes de violencia familiar son los principales factores de riesgo para desarrollar depresión tanto en la infancia como en la edad adulta.
Algunos de los acontecimientos estresantes que pueden causar depresión son:
- La muerte de un ser querido o duelo.
- Problemas laborales.
- Problemas económicos.
- Rupturas sentimentales.
- Enfermedades propias o de familiares.
Causas temperamentales de la Depresión
Se ha comprobado que las personas con rasgos neuróticos de personalidad tienen más riesgo de desarrollar depresión en respuesta a acontecimientos estresantes. El neuroticismo se caracteriza por altos niveles de angustia o ansiedad anticipatoria, inseguridad, sentimientos de culpabilidad, tendencia acentuada a la rumiación y a la preocupación.
Tratamientos de la depresión
Cuando una persona es diagnosticada con depresión por un profesional de la salud mental, los siguientes pasos son, por un lado, reducir los síntomas de la depresión para que la persona pueda mejorar su bienestar y, por el otro, recuperar la capacidad psicosocial de la persona. Es decir, que pueda ser capaz de volver a trabajar, a relacionarse con sus amistades, a cuidar de sí misma y de su familia y a volver a disfrutar de la vida.
La Terapia Cognitiva Conductual se centra en problemas específicos, utilizando un enfoque con objetivos determinados. Es por esto que, al comienzo del tratamiento, se suelen emplear técnicas conductuales con el objetivo de acercarse al nivel de funcionamiento que tenía la persona antes de la depresión. Lo que el terapéuta busca son aquellas distorsiones cognitivas basadas en los pensamientos negativos y automáticos.
A medida que se avanza en el proceso terapéutico, el psicólogo puede pedirle a la persona con depresión que haga tareas en el hogar, registre lo que piensa y siente y lo estimule para que aplique lo aprendido en su vida cotidiana.
¿Se puede tratar la depresión con Terapia Cognitivo Conductual y de forma online?
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