¿Qué es el duelo migratorio?
La migración, aunque sea voluntaria, es un proceso de cambios y pérdidas. Esta situación pondrá en marcha todos los mecanismos y adaptaciones emocionales y cognitivas que ayudarán, no solo a elaborar nuestra nueva realidad, sino a afrontar el proceso de duelo con sus respectivas etapas: aceptación, tristeza, angustia, confusión, culpa, etc.
En los primeros meses desde que se migra es posible que no se experimente el duelo porque nuestra atención está enfocada en resolver todos los trámites para dejar nuestro lugar y llegar al nuevo destino que será nuestro nuevo hogar. Es por eso que el duelo migratorio se lo conoce también como “el mal de los 6 meses”, porque es aproximadamente el tiempo que se tarda en establecerse en el nuevo destino y poner foco en nosotros y no ya en los trámites o cuestiones de supervivencia.
¿Cómo afecta psicológicamente a las personas que emigran?
Migrar supone varias pérdidas: del hogar, pérdida de amistades y/o familiares, pérdida del trabajo, del status social, de la rutina y, la que más causa malestar, pérdida de la identidad. Cuando se migra también se pierde la cultura, en algunos casos cambia el idioma. Si la migración es provocada por situaciones extremas como violencia en el país de origen como guerras o persecución, precariedad económica, etc, se podría, incluso, experimentar el síndrome del migrante.
Muchas personas, luego de instalarse en el país y aprender el idioma y costumbres, comienzan a extrañar su país de origen y a sentir que, por más que ya hablen el idioma y puedan comunicarse con otras personas, siempre serán extranjeros.
Una actitud muy común es sentir rechazo por las costumbres del país en el que viven y se aferran a las costumbres de su país de origen. Sin embargo, suele ocurrir que cuando viajan a su país de origen también se sienten diferentes porque su manera de pensar y de sentir cambiaron tanto que, a pesar de estar reencontrándose con sus familiares y amigos, les cuesta conectar emocionalmente con ellos. Esto lo que provoca es una sensación de no pertenecer del todo a ninguno de los dos mundos.
Síntomas del duelo migratorio
En algunas personas, migrar afecta psicológicamente al punto de desencadenar depresión, ansiedad y problemas de adaptación. También se manifiesta como un aumento de estrés muy importante y que provoca todo tipo de síntomas como insomnio, falta de apetito, desgano, entre otros.
Otro síntoma del duelo migratorio suelen ser las somatizaciones como la sensación de tener algo atascado en la garganta, dolores de estómago, de espalda o de cabeza.
Este malestar emocional puede manifestarse con tristeza, ansiedad o la sensación de estar bloqueado.
Si los síntomas no son tratados pueden disminuir la capacidad de una persona de sentir bienestar. Y, contrario a lo que se piensa, no se trata de que hay que esperar a que el tiempo nos haga sentir mejor. Eso solo generará mayor incomodidad y malestar emocional como ya hemos contado en esta publicación sobre las consecuencias de reprimir emociones.
¿Cómo superar el duelo de emigrar?
Tanto si ya migraste como si estás por migrar, estos consejos te pueden ayudar a disminuir el malestar emocional y superar el duelo migratorio. Son consejos para tener una adaptación positiva.
No idealices ni el país al que llegaste ni la vuelta a tu país
No generes grandes expectativas del país al que vas a migrar o al que ya migraste. Lo ideal es que puedas analizar de manera objetiva lo bueno y lo malo del país. Como tampoco pienses que en tu país todo sería mejor. Caso contrario, terminarás desencantado de tu nuevo hogar y con nostalgia por tu viejo hogar.
Acepta tus emociones
La vida se trata de continuamente encontrarnos con situaciones nuevas que debemos afrontar, con cambios que debemos asumir y con pérdidas que debemos aprender a gestionar.
Migrar es un acto que provocará que extrañemos nuestra tierra y sintamos nostalgia y tristeza. Si bien son emociones que generan malestar, es importante que te permitas sentirlas porque nos ayudan a reflexionar y mejorar la adaptación ante los cambios vitales.
No te aísles
La identidad de cada persona está relacionada con la comunidad en la que se ha criado. Con el grupo etnico uno comparte cultura, la lengua, creencias al mismo que te distinguen las características personales. Cuando emigras a otro país esto cambia porque, por más que te integres al nuevo país, siempre serás extranjero y, al mismo tiempo, tu grupo étnico de origen te verá como una persona “extranjerizada”, es decir, que “ya no eres igual a antes o a nosotros”.
Es importante crear y afianzar lazos personales. Para ello suele ser útil relacionarte con personas de tu mismo origen o de otros países que también hayan emigrado para compartir consejos de cómo superaron el proceso y sentir que no eres el único en esta situación.
Se paciente y toma el tiempo necesario
Recuerda que migrar implica un proceso de varios duelos y, como tales, necesitan de tiempo y paciencia para superarlos. No sientas presión por estar bien ni pretendas acelerar el proceso porque, probablemente, lograrás mayor malestar emocional.
Vive la experiencia como una oportunidad
Ten en cuenta que la forma en cómo vemos las situaciones influye en cómo nos sentimos respecto a ellas, por lo que te recomendamos que vivas la experiencia como una oportunidad. Recuerda que es algo temporal y que con el tiempo te irás adaptando.
Busca acompañamiento terapéutico
Si ya migraste y sientes malestar o que la situación te supera o si estás pensando en migrar, puedes comenzar terapia para tener un espacio terapéutico en el cual sentirte acompañado en el proceso de duelo por migrar.
Si siento que no puedo superar el duelo por migrar, ¿lo puedo tratar en terapia forma online?
¡Por supuesto! En Comenzar Terapia® tenemos profesionales especialistas en terapia online para acompañar a personas que migraron a otros países y para migrantes viviendo en Argentina.
Las sesiones son similares a las tradicionales y se realizan a través de videollamadas en las que estarás solo tú y tu psicólogo desarrollando un tratamiento focalizado al motivo de tu consulta.
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