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Las palabras que usamos para hablar con los niños tienen un gran impacto en su desarrollo y bienestar. Las palabras pueden ser una herramienta para construir la autoestima y la confianza , o pueden ser una fuente de estrés y ansiedad. Por ejemplo, si los padres hacen elogios y los animan a seguir adelante, los niños se sentirán motivados y confiados para enfrentar los desafíos de la vida. Por otro lado, si los padres los critican o los regañan constantemente, estos pueden sentirse inseguros, desconfiados y desarrollar una baja autoestima y sentimientos de inseguridad. Esto puede afectar la forma en que los niños se relacionan con los demás, su capacidad para tomar decisiones, su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida e, incluso, puede llevar a problemas de comportamiento a medida que crecen.

Ser buenos padres puede significar cosas diferentes dependiendo de cada persona. En general, se reconoce que un buen padre es aquel que muestra amor incondicional, apoyo y comprensión, establece límites y disciplina, fomenta la independencia. Ser un modelo positivo representa buscar pasar tiempo de calidad con sus hijos, estar en los detalles de protección y afecto necesarios según lo que requiera cada niño, ser un buen oyente y una persona de confianza.

Frases que deberías evitar decirle a tu hijo

“No llores” o “No es para tanto”

El llanto en los niños es importante para su desarrollo emocional. Es una forma de comunicación para el menor, una forma de expresar sus emociones, ya sea tristeza, enojo, miedo o frustración.

Llorar es una respuesta natural a una situación que el niño no es capaz de controlar y una forma de liberar la tensión acumulada. Además, el llanto es una forma de expresión que los ayuda a sentirse mejor y a desarrollar una buena salud emocional. También los ayuda a desarrollar habilidades de afrontamiento, ya que les permite expresar sus emociones y encontrar soluciones para sus problemas.

Decirle a tu hijo que no llore es perjudicial porque le estás sugiriendo que sus emociones no son válidas. Es importante que sepas que decirle que no debe llorar es una frase que no deberias decirle a tu hijo.

Respetar su llanto acompañando a que lo regule lo ayudará a intentar desahogarse y digerir aquello que lo está afectando. Puedes decirle algo como: «Entiendo que estás triste. ¿Qué puedo hacer para ayudarte?» Esto le permitirá entender que sus emociones son importantes y que puede contar contigo para aprender a lidiar con estas.

“¿Por qué no puedes ser como tu hermano/a?”

Las comparaciones siempre son odiosas para los niños porque los hace sentirse inferiores o diferentes al resto. Esto puede afectar su autoestima y confianza en sí mismos. Las comparaciones también pueden estimular una forma de competencia entre los niños, lo que puede llevar a la creación de conflictos entre ellos innecesariamente. Por esta razón, es importante que los padres eviten hacer comentarios a sus hijos haciendo referencia a ciertas diferencias con otros niños que despierte frustración en ellos por no alcanzar las expectativas parentales. En su lugar, es conveniente buscar alentarlos a ser ellos mismos y a desarrollar sus habilidades y talentos individuales.

“Si no haces esto, te voy a castigar”

Amenazar a tu hijo no es bueno porque puede hacer que se sienta inseguro y temeroso. Esto puede afectar su autoestima y desarrollo emocional. En lugar de amenazar a tu hijo, es mejor hablar con él de manera calmada y explicarle por qué es importante que haga lo que se le pide e incentivarlo a tener una actitud positiva ante ese pedido . Esto le ayudará a entender mejor la situación y a sentirse respetado.

“Si te portas mal, te voy a pegar”

El castigo físico en niños no es bueno porque puede provocarles un trauma psicológico y emocional. Esto puede afectar su desarrollo, autoestima, confianza y relaciones con los demás. Además, el castigo físico no enseña a los niños cómo solucionar problemas de manera adecuada, sino que los enseña a temer a los adultos y a evitar situaciones conflictivas o a actuar de la misma manera perdiendo el control de sus impulsos. Por estas razones, los expertos recomiendan que los padres y educadores utilicen otras formas de disciplina, como el diálogo, el refuerzo positivo y la consecuencia lógica.

“Estoy cansado/a de ti”

Debes evitar decirle a tu hijo que estás cansado de él porque, si bien no tienes la intención de lastimarlo y, por lo general, esa frase es producto de un momento de estrés del adulto, puede que él no entienda todo esto y termines hiriendo sus sentimientos.

En lugar de eso, trata de explicarle por qué estás cansado y cómo puede ayudarte. Puedes decirle algo como: «Estoy cansado porque he estado trabajando mucho últimamente. ¿Podrías ayudarme a recoger la casa para que pueda descansar un poco?» Esto le da a tu hijo la oportunidad de ser útil y de sentirse valorado.

“Si no haces tal cosa, voy a dejar de quererte” o “Si haces tal cosa, no te querré más”

Decirle a tu hijo que si no hace lo que tu quieres lo vas a dejar a querer es perjudicial porque estás amenazando a tu hijo con algo que no es apropiado. Los niños no deberían pensar que el amor entre padres e hijo es algo frágil que puede desaparecer en cualquier momento porque eso puede causar mucha ansiedad y miedo y generar más desconfianza en esa relación y en otros vínculos que quiera entablar por temor a ser rechazado. 

En lugar de eso, cuando se presente alguna dificultad trata de explicarle por qué no es una buena idea lo que está haciendo y ofrecerle alternativas. Por ejemplo, puedes decirle: «No me gusta cuando haces eso porque no es seguro. ¿Qué tal si intentamos esto en su lugar?». Esto le ayudará a entender mejor tus expectativas y le dará una solución alternativa.

También es mejor hablar con tu hijo sobre por qué es importante para ti que haga lo que le has pedido y explicarle los beneficios que obtendrá al hacerlo. Esto le ayudará a entender mejor el por qué de tus deseos y le dará una motivación para prestarte atención.

“Porque lo digo yo… y punto”

Cuando necesites imponer una posición es importante pensar en un argumento para que en lugar de insistir, tu hijo pueda entender tus razones y respetarlas. Los adultos tendemos a pensar que siempre tenemos la verdad absoluta si nuestro interlocutor es un niño. Esto es un error. Ellos tienen sus propias opiniones y experiencias que pueden ser igualmente válidas.

Es importante escuchar sus opiniones, incluso si no estamos de acuerdo con ellas. Esto les ayudará a desarrollar una mayor confianza en sí mismos y en sus habilidades para expresar sus opiniones al presentarse alguna dificultad.

No deberias decirle a tu hijo “te lo prometo” cuando sabes que no vas a cumplir tu palabra

Es importante que cumplamos lo que prometemos a los niños, ya que esto les ayuda a desarrollar su confianza y su sentido de responsabilidad. Si hay alguna razón por la que no podamos hacerlo, es importante explicarle al niño la situación de manera clara y honesta. Esto le ayudará a entender que a veces hay circunstancias que nos impiden cumplir con nuestras promesas.

“¿Cómo puedes tener miedo?”

Que una persona adulta no tenga miedo a algo y el niño sí, no significa que ese miedo no tiene sentido. Ellos se sienten así porque es una reacción normal cuando se enfrentan a algo nuevo. El miedo es una emoción natural que nos ayuda a estar alerta y preparados para enfrentar situaciones desconocidas.

Para ayudar a los niños a superar el miedo, es importante que los adultos les brinden apoyo y comprensión. También es importante que los adultos les expliquen la situación de manera clara y sencilla para que los niños entiendan lo que está sucediendo. Además, los adultos deben ayudar a los niños a desarrollar habilidades para enfrentar situaciones nuevas y desconocidas. Esto puede incluir la enseñanza de técnicas de relajación, la práctica de habilidades sociales y la creación de un ambiente seguro y confiable.

“Yo también te odio”

Los niños son capaces de decirnos cosas horribles cuando están enfadados con nosotros. Esto es normal, ya que los niños tienen una forma limitada de expresar sus emociones y están en vías de desarrollo. Responder a la par significa actuar de manera infantil cuando eres el adulto de la relación. Lo mejor que podemos hacer es tratar de mantener la calma y entender por qué están enfadados. Si es posible, tratar de hablar con ellos para ver si nos pueden explicar lo que les molesta y buscar formas de solucionar el problema. Si es necesario, buscar orientación psicológica profesional para ayudar a los niños a aprender a controlar sus emociones y a expresarlas de forma adecuada.

¿Por qué es importante decirle cosas buenas a tu hijo?

Es importante decirle cosas positivas a tu hijo porque esto ayuda a construir su autoestima y su confianza. Esto también ayuda a crear una buena relación entre padres e hijos, lo que puede facilitar la comunicación y la comprensión entre ambos. Al decirle cosas buenas a tu hijo, también le estás enseñando que sus esfuerzos son apreciados y que estás orgulloso de él. Esto puede estimular el desarrollo de una mejor actitud hacia la vida y a tener éxito en sus esfuerzos.

Es mejor educar desde la confianza que desde las amenazas porque la confianza es una base más sólida para una relación entre padres e hijos.

La confianza permite que los padres y los hijos se comuniquen de manera abierta y sincera, lo que da lugar a una comprensión y cercanía mayor en la relación. También ayuda a los hijos a desarrollar un sentido de responsabilidad y autonomía, habilitando así recursos emocionales y cognitivos frente a las tomas de decisiones.

Por otro lado, las amenazas pueden crear una relación ambivalente entre los padres e hijos, lo que puede llevar a los hijos a rebelarse o a sentirse inseguros por altos sentimientos de desconfianza. Además, las amenazas no enseñan a los hijos cómo tomar decisiones responsables y maduras, sino que solo les enseñan a obedecer y temer o negarse a todo por temor al sometimiento.

Frases que sí debes decirles a tu hijo

  1. “Te amo” o «Te quiero mucho»
  2. «Estoy orgulloso de ti»
  3. «Sé que puedes lograrlo»
  4. «No tengas miedo de equivocarte»
  5. “No te compares con otros»
  6. «Siempre puedes contar conmigo»
  7. «Tu opinión es importante para mí»
  8. «No te rindas, si quieres vuelve a intentarlo»
  9. «No tengas vergüenza de pedir ayuda»
  10. «Sé tu mismo»

Ser un buen padre es un desafío. Es una responsabilidad que requiere mucho tiempo, esfuerzo y dedicación. Los padres deben trabajar para desarrollar la capacidad de escuchar, guiar y apoyar a sus hijos. Deben ser capaces de establecer límites y disciplina, así como de proporcionar amor y afecto. Los padres también deben estar dispuestos a aprender y a cambiar para satisfacer las necesidades de sus hijos. Ser un buen padre también significa estar dispuesto a comprometerse con el bienestar de sus hijos y a trabajar para ayudarles a alcanzar sus metas.

Si eres padre o madre e identificas que le dices algunas de estas frases a tu hijo de vez en cuando, lo primero que debes saber es que esto no significa que eres mal padre. Lo importante es reconocer que estas frases, que seguramente las has escuchado en tu infancia, son perjudiciales para tu hijo.

Si te sientes con dificultades para afrontar algun asunto específico con tu hijo y notas que te sobrepasa, lo recomendable es que busques ayuda profesional. Puedes acudir a un psicólogo infantil o un terapeuta que brinde orientación a padres para que te ayude a encontrar la mejor manera de abordar la situación. También es importante que mantengas una comunicación abierta con tu hijo para que sepa que puede hablar contigo sobre cualquier tema.

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