La Psiconeuroinmunoendocrinología conecta nuestra mente con todas las partes de nuestro cuerpo y que, en la mayoría de los casos, es el responsable del buen funcionamiento, mantenimiento y recuperación de la salud.

En esta rama de la Medicina, al analizar un desequilibro en el sistema se tiene en cuenta tanto la micro salud (la persona que se enferma, la mente y el cuerpo) y la macro salud (el entorno que rodea a la persona, incluida las relaciones, el entorno social, laboral y ambiente donde vive). Ambos están influenciados entre sí y, cuando alguna de estas partes se altera, se desequilibra el resto del sistema y se producen o manifiestan los síntomas o la enfermedad como aviso de que algo está fallando en algún punto del sistema.

Un ejemplo son las enfermedades psicosomáticas que son aquellas que a causa de estados emocionales como el estrés, la ansiedad o la depresión generan síntomas físicos. Estos desequilibrios entre el cuerpo y mente provocan una disminución en las defensas del sistema inmunológico, dejando al cuerpo expuesto y vulnerable frente a los agentes externos.

¿Qué es el sistema inmunológico y cuál es su función?

El sistema inmunológico es el mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. Su principal función es la de defender el cuerpo de organismos que causan enfermedades como los virus, las bacterias y algunas sustancias nocivas (aunque la mayoría se eliminan a través del riñón y el hígado). Pero el sistema inmunológico no trabaja solo: los tejidos, las células y las proteínas que lo conforman trabajan en conjunto para cumplir su función.

¿Cómo funciona el sistema inmunológico?

Lo primero que hace el sistema inmunológico es identificar qué agentes patógenos (virus o bacterias) que lo atacan para combatir las infecciones. Cada agente patógeno tiene en su superficie moléculas llamadas antígenos que proporcionan una marca única. De esta forma, las células del sistema inmune reconocen los diferentes agentes patógenos de las células y los tejidos propios del cuerpo.

Cuando un agente patógeno ingresa al cuerpo, el sistema inmunológico reacciona de dos maneras:

Respuesta inmunitaria innata: La reacción más rápida por parte de las células del sistema inmune en respuesta a la infección. De esta forma, las células comienzan a combatir la infección y, como respuesta, se genera inflamación.

Respuesta inmunitaria adaptativa: La reacción es más lenta pero tiene la capacidad de atacar agentes patógenos específicos al mismo tiempo que se producen anticuerpos para futuras infecciones.

Cómo afecta el estrés al sistema inmunológico

Una vida en continuo estrés y con pensamientos y emociones “negativas”, deterioran el funcionamiento del sistema inmunológico mientras que, una vida mental y emocional equilibrada, con actividad física y buenas relaciones sociales, mantiene el sistema inmune en condiciones que le permiten funcionar correctamente, pero sin dejar de tener presente que es un sistema complejo.

Es importante destacar que no todos los tipos de estrés afectan de la misma manera y que esto depende de varios factores. Por ejemplo, una persona que sufre estrés laboral y, además, no tiene buenas relaciones personales, afecta más a la respuesta inmune que en aquellas personas que sufren estrés laboral pero que tienen un buen apoyo social.

Psiconeuroinmunoendocrinología (PINE)

5 maneras de mejorar el funcionamiento psiconeuroinmunlógico

1 – Ejercicio físico: tener una rutina de actividad física mejora el estado de ánimo, reduce la tensión, mejora el metabolismo en general y genera emociones positivas.

2 – Calidad del sueño: un buen descanso es básico para que el sistema psiconeuroinmunoendocrino funcione correctamente. Para esto existen una serie de recomendaciones para mejorar la higiene del sueño, tengas o no trastorno de insomnio.

3 – El tipo de alimentación: tener una dieta equilibrada que incluya una reducción en el consumo de proteínas animales y un aumento en el consumo de verduras, frutas, legumbres y cereales. También se deben evitar los alimentos ultra procesados, los azúcares refinados y adicciones como el tabaco, alcohol, entre otras drogas. Además, tener en cuenta que la forman en cómo comemos es vital para que funcionen correctamente el metabolismo y el sistema inmunológico.

4 – Técnicas de relajación: como la meditación que permiten un control mental, pensamientos positivos y resolución de conflictos pendientes. Este tipo de actividades inciden en la regulación del sistema nervioso que se transmite a través de la vía neuro-endocrino-inmunológico a todo el organismo

5 – Relaciones personales y sociales: el apoyo social de amistades y familiares en las experiencias estresantes, es decir, sentirse acompañado y con la confianza de hablar de los problemas y expresar las emociones produce un alivio del estrés.

PINE con enfoque Cognitivo Conductual

La PINE se ocupa de comprender la conexión existente entre los sistemas psíquico, neurológico, inmunológico y endocrino. Desde una fisiología integral se representa al ser humano como un modelo sistémico. Esa relación cerebro-mente-cuerpo puede servir de mediadora hacia la salud o interferir en la aparición de diversas enfermedades.

Entre las diversas técnicas que pueden servir de apoyo para el manejo de los impulsos en los pacientes se encuentran aquellas que se promueven desde la Terapia Cognitivo Conductual como la reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales y manejo de resolución de conflictos.

En las sesiones de Terapia Cognitivo Conductual se busca trabajar con estrategias psicoterapéuticas en la resolución de dificultades y preocupaciones que el paciente manifiesta. El objetivo es re evaluar y desafiar creencias que las personas manifiestan. Este tipo de terapia se centra en problemas y dificultades del «aquí y ahora» para ayudar a cambiar la forma de cómo piensa («cognitivo») y cómo actúa («conductual») y que estos cambios le pueden ayudar al paciente a sentirse mejor.

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